Filipinas acusó este miércoles a los guardacostas de China de aumentar la tensión en aguas disputadas por ambos países en el mar de China Meridional al emplear cañones de agua con fuerte presión contra dos barcos filipinos, pero anunció que no tomará represalias.
El comodoro Jay Tarriela, director de personal de los guardacostas filipinos, afirmó en declaraciones a los medios que los guardacostas chinos dañaron el martes con sus cañones de agua a una embarcación de la guardia costera filipina y a un buque de pesca cuando iban hacia el Bajo de Masinloc para dar apoyo a pescadores filipinos que faenaban en la zona.
Tarriela acusó a Pekín de «elevar la tensión y el nivel de su agresión» contra embarcaciones filipinas, ya que «es la primera vez que una nave de la guardia costera es sometida directamente a un cañón de agua con una presión tan fuerte que ha dañado su estructura».
Pese a los daños causados, el oficial no considera que la acción china sea equivalente a un ataque armado e indicó que Filipinas no tomará represalias para no caer en una escalada de tensión.
«No vamos a ser el motivo para elevar la tensión. No vamos a ser el motivo para dar un pretexto al gobierno chino para traer sus naves de guerra», declaró.
El Bajo de Masinloc, situado en aguas de la zona exclusiva económica de Filipinas, pero reclamado también por Pekín, es un rico caladero pesquero que ha sido en los últimos meses escenario de varios incidentes entre buques chinos y filipinos.
Pekín reclama casi la totalidad del mar de China Meridional, incluidos los archipiélagos Paracel y Spratly, una reivindicación que se solapa con las áreas económicas exclusivas de 200 millas náuticas, tal como indica la legislación internacional, de países como Filipinas, Vietnam y Malasia.
Filipinas, que bajo la presidencia de Rodrigo Duterte se acercó a Pekín, ha intensificado los lazos de defensa con EE.UU. a raíz del nombramiento del presidente Ferdinand Marcos Jr. en 2022.