Una pequeña parte de los miles de millones de dólares invertidos en las elecciones estadounidenses van a organizaciones sin fines de lucro que buscan impulsar la participación electoral y el acceso a las urnas en todo el país. Y usualmente, esos fondos colman ciudades y condados justo antes del día de la votación.
Este año, una coalición de donantes está tratando de cambiar esa dinámica para darle a las organizaciones —que van de casa en casa, contestan líneas telefónicas y van a tribunales para oponerse a restricciones al voto— más tiempo para planificar y contratar personal. El grupo sin fines de lucro Democracy Fund, establecido por el fundador de eBay Pierre Omidyar, lanzó este año la campaña All by April, y hasta ahora unas 170 fundaciones, asesores y donantes individuales ya se han incorporado.
“Quisimos cambiar la cultura de la filantropía”, señaló Joe Goldman, presidente de Democracy Fund. “Para crear una suposición subyacente de que ser un filántropo eficiente y responsable significa no esperar para entregar fondos en un año electoral”.
La campaña le pidió a los donantes hacer todo esfuerzo posible para asignar fondos antes de fines de abril y tomar otras medidas como entregar los recursos antes, o darle a los recipientes un apoyo más general en lugar de un proyecto específico o una lista de actividades.
“Sabemos que nuestros propios cronogramas de desembolsos y prácticas están en el centro de nuestro reto. Por lo tanto, este año, estamos haciendo algo al respecto. Estamos prometiendo hacer compromisos antes y hacer los desembolsos antes”, dice la carta compromiso.
La Tides Foundation —que financia organizaciones como Florida Rising, un grupo que busca dar poder político a comunidades históricamente marginalizadas— firmó el compromiso. Florida Rising se centra en temas locales, como hacer campaña para extender el tiempo que una persona tiene para encontrar nuevo alojamiento tras ser desalojada, dijo Andrea Cristina Mercado, su directora general.
Añadió que los grupos filantrópicos han reducido sus donaciones en el tercer estado más grande de Estados Unidos, al percibir que los políticos en Florida son menos competitivos en elecciones nacionales o estatales.