Los partidos políticos como los actuales con escaño congresal no son capaces de sacar de esta crisis al pais. Lo evidencia la falta de propuestas y de gestión, de estos partidos a la emergencia sanitaria. Al fugaz alivio a la penuria social, con bonos o retiros de los fondos pensionarios, CTS, etc. Ni de la corrupción, que no ayudan afrontan el encarecimiento de la vida, el desempleo y la informalidad.
Ni de salvar el sistema democrático, que genera el deterioro de los valores jurídico políticos de los poderes del Estado, del electoral, de los otros de distinto rango y rol, como Ministerio Público, organismos reguladores, que asimismo causa inestabilidad e inseguridad ¡quien se salva!
EL APRA SI ES SOLUCIÓN.
Lo ha demostrado desde su insurgencia al plantear y luchar por soluciones idóneas a la recesión, desempleo, carestía de la vida, corrupción, incipientes instituciones de una crisis similar a la actual de las primeras décadas del S. XX.
Entre estas propuestas, pasaron algunas sin que fueran profundizadas como reformas de la educación, la reforma agraria, reformas políticas, nuevos partidos, universalización del sufragio, derechos humanos, laborales, sociales y sindicales, instituciones democráticas y eficientes.
Todo lo cual probó la justeza de sus postulados y de los valores democráticos de su constante lucha política.
EL APRA EMPIEZA ABRIR CAMINO AL CAMBIO SOCIAL.
Al igual muestran la narrativa de las certezas de la doctrina e ideología del aprismo sobre su interpretación de la realidad nacional, indoamericana, del mundo, en el marco de confrontar el Imperialismo, la dependencia, el rol del capitalismo, la interrelación de países desarrollados y subdesarrollados, la disyuntiva de democracia y dictadura, entre guerras mundiales, guerra fría, bipolaridad, revolución científica y tecnológica, que son sustentos de sus planteamientos de integración y desarrollo, de deslinde del liberalismo de la planificación central estatista, a lo largo de décadas no se equivocó.
CREÓ EL PARTIDO DE FRENTE ÚNICO que forma parte de esa narrativa, con organización democrática funcional, ética y moral, socialmente representativo, de las clases trabajadoras y productoras, en esa línea de independientes e Informales, partido instrumento para la transformación social.
HOY DESPUÉS DE HAYA, EL APRA REQUIERE DE REVITALIZACIÓN
El Perú no va a salir de esta crisis, con el Partido Único que propicia Perú Libre, ni con partidos del liberalismo o el conservadurismo menos con el No Partido, que a falta de ideologías renovadas y modernas recurre a populismos de derecha o de izquierda.
Estos partidos con sendas experiencias de gobierno, de este país en largas décadas han demostrado el libre mercado no han generado equidad Ni los de estatismo igualdad.
No son ejemplos en ambos casos de reducción de la pobreza y de la desigualdad. Al igual que sus referentes de la antigua URSS, Europa del Este o de Venezuela, Nicaragua, Cuba países de la región O de cuestión de grado de UE China EE. UU.
Partidos que resultan parte de la crisis, por consiguiente, no son solución. Lo comprueba más aún la orfandad de fundamentos en el debate acerca de la constitución del Estado, fundamentos que tiene el APRA en la Constitución de 1979.
La historia rescata los valores y méritos de la experiencia del gobierno aprista y del Partido.
Las bases y la militancia reclaman que el Partido vuelva a sus normas de organización y unidad, a sus prácticas de democracia interna y democracia funcional, de autocrítica, que es una deriva fundamental.
SABEMOS LO QUE TENEMOS QUE HACER.
Ahora, resolver nuestros actos autodestructivos, de no estimular, de modo significativo, nuevos liderazgos y cuadros, de no restaurar la conducta aprista o culminar la propia inscripción del partido al JNE.
La división de sus filas por antinatural siempre fracasó no sólo en medios sino en sindicatos, universidades, organizaciones sociales. El APRA es un partido de naturaleza histórica e ideológica unitaria.
La destrucción tampoco pudo con sus principios ni solo pan ni solo libertad sino pan y libertad, victoriosa lucha que reconoce el moderno pensamiento del desarrollo.
Haya de la Torre y el Partido los defendieron con sacrificios de simpatías y adhesiones, de sectores enteros de la juventud, que, atraídos por los señuelos de la revolución cubana, preferían a Fidel Castro o el Che Guevara o antes a Lenin y hasta Stalin de la propia revolución rusa, o por realizaciones de los gobiernos de capitalismo imperial de países desarrollados. Otros ejemplos, los frentes o coalición políticos con propósito de defender de peligros la democracia, que no fueron comprendidos muestran 98 años después, que fueron limpios de capitulaciones y oportunismos.
No pudieron destruir el APRA la persecución, la cárcel, el destierro, el martirio que infligieron dictaduras militaristas y oligárquicas.
La tarea es revitalizar el partido que necesita el Perú. Esto es cumplir los fines superiores de la épica fundación del APRA el 7 de mayo de 1924, con Haya de la Torre, los mártires, el combativo pueblo aprista