El 10 de abril del corriente año 2022, los mexicanos acudieron a un ejercicio inédito en el país: elegir si remover o no al presidente de sus funciones. Los resultados preliminares difundidos por el Instituto Nacional Electoral muestran que solo participaron el 17% del padrón electoral. El Presidente López Obrador obtuvo el apoyo 91,8% del 17% que voto, en favor de su continuidad como presidente de México, mientras que la opción que revocaba el mandato obtuvo 6,44% .
Los resultados reales expresados por el órgano electoral mexicano INE son los siguientes:
Que siga AMLO: 91,85% (15,15 millones de votos)
Que se revoque su mandato: 6,44% (1,06 millones de votos)
Participación:17,77% (mientras que el 40% era necesario para que fuera vinculante)
Fuente: INE (99,97% de actas computadas)
Quizás lo que más sorprendió y a mí en particular, no fue los resultados reales obtenidos, sino la divulgación de los mismos, a través de los medios, en el que señalaba que Andrés López Obrador había obtenido el 92% de los votos para continuar ejerciendo su mandato, obviando que la participación en el evento electoral fue del 17,77% del padrón electoral, es decir 92% del 17%. Vale la pena recordar que la cifra de 15 millones de personas que votaron ese domingo por la continuidad de AMLO está muy lejos de los 30 millones que lo apoyaron cuando ganó las elecciones presidenciales. El referéndum pareció mas una consulta a su partido, Morena, que una consulta a todo el país.
Durante la campaña, el entusiasmo en torno al ejercicio no fue alto y la oposición había llamado a no acudir a las urnas, algo que se vio reflejado en la baja participación. Justamente este dato es determinante, ya que al no superar el 40%, la votación se considerará no vinculante.
Si bien el pronóstico de su eventual triunfo se cumplió y las cifras le fueron favorable, pero con una participación mucho menor a la necesaria, la lectura de los resultados está siendo tan dispar como las posturas que se mantenían ante su celebración. Tras la consulta pareciera que nadie perdió. Es decir una “derrota cantada como victoria», como lo expreso el periodista Héctor de Mauleón.
A pesar del derroche de recursos y el exceso de buenos deseos, no lograron llevar a las urnas al número de ciudadanos que aprueban el gobierno. La victoria de AMLO, como señale en el párrafo anterior, será una victoria en la que nadie cree.
De lo que no cabe duda es de que el eco de lo ocurrido ese domingo seguirá presente y sobrevolará de alguna manera lo que queda de mandato hasta final de 2024. Andrés López Obrador, recordará que fue el primer presidente en la historia del país en poner su cargo a voluntad de los mexicanos a mitad de gobierno y que salió victorioso.
La gran pregunta es: ¿Quién ganó o perdió?
Para que tengan una idea, esta consulta mostro dos cosas; en primer lugar que «8 de cada 10 mexicanos» decidieron no participar, y en segundo lugar que el número de votos logrado por AMLO ha ido disminuyendo desde la última cita electoral, (fue electo con 30 millones de votos). Estos datos se deben tener en cuenta con miras a la futura elección de un nuevo presidente de la república en el 2024, tengan en cuenta que México es una economía que tiene casi cuatro años sin crecimiento económico, 8 millones más de pobres, 660 mil mexicanos que han muerto, a partir de la pandemia, cuando muchas de esas muertes fueron absolutamente innecesarias, y hubieran podido haberse evitado. Un México absolutamente fuera de control en materia de seguridad. Queda claro quien gana y quien pierde.
Y, aunque en la práctica, lo ocurrido ese domingo no cambia nada, AMLO continuará en su cargo como se esperaba antes de la consulta, seguramente este resultado electoral seguirá presente y tendrá resonancia en parte de lo que queda de mandato obradorista.
También es importante destacar que ese resultado tendrá otras consecuencias en el debate político. Ya en Latinoamérica hay experiencias similares con resultados nefastos para la sociedad.
Además de lo anterior, hay un elemento demasiado importante y común en toda America Latina, la falta de credibilidad en los mecanismos e instituciones de la democracia. La baja participación de la sociedad de un país, en una consulta política, cualquiera que sea su naturaleza, dice mucho de lo que esa misma sociedad esta esperando de sus gobernantes: LA NADA.
¿Qué debe esperar el mexicano de a pie? La misma telenovela, los mismos discursos mañaneros y poca acción para mejorar su estado de bienestar.