El 11 de marzo próximo pasado se realizó la toma de posesión del nuevo presidente de Chile sr. Gabriel Boric, un joven de 36 años, primogénito de las movilizaciones que vivió Chile en 2019, con lo cual se estaría dando respuesta a una amplia gama de demandas sociales, para dotar al Estado, del papel, que según ese movimiento no ha tenido, en particular en aspectos tan fundamentales como la educación y la salud. Este columnista quiere creer que Chile, ese 11 de marzo de 2022, terminó una etapa y se abrió otra con la llegada a La Moneda del sr. Boric, es nuestro mayor deseo, pero se debe tener claro que ni la expresidenta Bachelet y mucho menos el señor Piñera eran dictadores como lo fue Augusto Pinochet, esos expresidentes fueron electos democráticamente y consolidaron las bases de lo que hoy es Chile, pero sobre todo de una importante reducción de la pobreza.Muchos observadores internacionales señalan que con la llegada al poder del sr. Boric se le da cristiana sepultura a la dictadura de Augusto Pinochet, y empieza el proceso de renovación generacional y político más prometedor de América Latina, como se dice en árabe: insha’Allah, lo que significa: SI DIOS QUIERE.Sin embargo, como latinoamericano que soy tengo la sensación de que se está dando paso a una suerte de laboratorio de la izquierda desde donde se intentará romper con muchos dogmas del pasado. Y ese mismo laboratorio se ha visto en Argentina donde se ha ensayado de todo para terminar en una crisis más profunda, Venezuela, Ecuador, los intentos de Castillo en Perú, entre otros.
El nuevo Gobierno asume, como es normal, con elevadas expectativas que pueden transformarse en su mayor riesgo, cuando la sociedad empiece a exigir que se cumplan las promesas hechas. Con la recién estrenada presidencia se pondrá a prueba la capacidad de un grupo de políticos jóvenes sin mucha experiencia ejecutiva para impulsar respuestas de fondo. Una de las cosas que me llamó la atención en la toma de posesión, del nuevo gobierno, fue el simbolismo que la rodeo, simbolismo allendista, lo cual no es buen mensaje para la sociedad porque Allende además de incurrir en errores de política que impactaron seriamente la economía chilena fue quien abrió la posibilidad de un golpe de estado.Uno de los desafíos transversales que afronta, es la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en un país con una fuerte carga machista. El Gabinete lo formarán 10 hombres y 14 mujeres y no en carteras periféricas sino insertas en el círculo del poder. La ministra de Interior, Izkia Siches, será la cara visible de este cambio, médica de profesión, lideró desde el Colegio Médico la lucha no oficial contra la pandemia. También hay mujeres al frente de la Cancillería, Defensa, Salud, el Ministerio de la Mujer, que pasa de ser una cartera minúscula a tener su despacho a pocos metros del presidente en La Moneda.Chile vivirá también los efectos que la guerra de Ucrania va a dejar en la economía mundial, además de sus propios problemas. Arrecia la inflación y el Gobierno tendrá que debatir cómo ayudar a aquellos que padecieron los efectos más destructivos de la pandemia. Tendrá que lidiar también con el reclamo de que el Estado garantice la gratuidad de servicios básicos, además de un nuevo sistema de pensiones, hoy administrado por el sector privado.
Más que propósitos específicos, el mensaje del nuevo presidente estuvo lleno de llamados a la unidad y la reconciliación. “Caminemos juntos la ruta de la esperanza y construyamos todos el cambio hacia un país que sea digno y justo”, dijo Boric, tras advertir que “como chilenos y chilenas tenemos que volver a encontrarnos”. Si bien tales mensajes cayeron bien en la opinión pública, comienza el reto práctico de convertir las promesas en realidades, están temas que no dan espera y que pondrán a prueba el temple del Ejecutivo, como por ejemplo la redacción de la Constitución, que, aparte de simbolizar el rompimiento con la era de Pinochet, preocupa a muchos por dos razones: 1) porque la Asamblea está dominada por los independientes y la izquierda, que pueden acabar, en el mediano o largo plazo debilitando al Estado y 2) porque hasta ahora lo que se conoce de los artículos aprobados no ayudan mucho a Chile en mantener su crecimiento y en consolidar la paz social. NO ESTÁ FÁCIL. Una muestra de ello es que algunas de las propuestas salidas de las comisiones que redactaron la nueva constitución son vistas como una refundación del Estado, pues van desde la autonomía regional hasta el pluralismo jurídico para reconocer los sistemas de los pueblos indígenas, pasando por la prohibición de la propiedad privada de los recursos naturales. Para ser directos, eso ya lo vivimos, textualmente, en Venezuela y en vez de avanzar retrocedimos casi 50 años.Tampoco será fácil el manejo de un conflicto indígena con la comunidad mapuche, en el sur del territorio, o el de los migrantes que siguen llegando por el norte. Una de las quejas de la población está relacionada con el clima de seguridad interna, que demanda resultados en este frente.
Como si lo anterior no fuera suficiente, manejar al Partido Comunista, que es una fuerza que apoya la coalición de gobierno, será otro desafío. Las fuerzas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado están muy atomizadas, lo cual hará difícil que la administración logre sacar con facilidad su programa legislativo. Lo que significa que hay que ser buen negociador. La lista de mercado continúa, con la reforma tributaria, eliminar la desigualdad, muchos piensan en la retórica de quitarles a los que más tienen para darles a los que menos tienen, suena relativamente sencillo, pero es muy difícil en la práctica. La reforma del sistema de pensiones pero a la gente no le atrae para nada la idea de que sus ahorros pasen a las arcas públicas. El elemento importante de todo esto es si se consigue construir un sistema más justo, sin por ello ahuyentar la inversión o golpear la tasa de crecimiento. Es importante señalar que desde que fue electo hasta la toma de posesión del día 11, se han registrado salidas de capitales lo que sugiere que muchos no creen en que eso sea posible. Como siempre mis mejores deseos por el éxito del sr. Boric en Chile, porque no será solo su éxito sino que será la mejora del estado de bienestar de la sociedad y la estabilidad política y social del país.