Sirva esta sencilla referencia para destacar lo relevante que es un embajador de un país. Quien ostenta este título representa a todo un pueblo en sus valores, cultura, creencias; pero también, a la figura presidencial dado que de manera personal lo representa y los temas que aborda son de índole principalmente político.
Por eso es altamente cuestionable que Andrés Manuel López Obrador proponga a figuras como Pedro Salmerón o a Laura María de Jesús Rodríguez, conocida como Jesusa, como embajadores de Panamá. Más allá de su afinidad ideológica y vida privada, ambos son personajes incómodos para y en México.
En el caso de Salmerón no le sirve de nada ser un buen historiador cuando no es capaz de respetar los derechos de una mujer y ha demostrado tener problemas de juicio. Con Jesusa, llama la atención la forma peculiar en que expresa sus puntos de vista que están fuera de todo protocolo de comunicación del diálogo internacional.
El embajador deberá atender todos los asuntos que concierne al país que representa; podrán ser temas políticos, económicos, financieros, comercial, militar, turístico, cultural o cualquier otro tópico de relaciones internacionales. De igual forma, velará por la seguridad e integridad de los ciudadanos de su país en el país extranjero y también actuará como mensajero entre los gobiernos.
De acuerdo con el derecho diplomático son cinco las principales funciones de un embajador: representar, observar, negociar, proteger y fomentar las relaciones entre los países.
La ley del Servicio Exterior Mexicano establece varios requisitos para los agentes diplomáticos, entre estos, acreditar conocimientos suficientes de cultura general, manejo de idiomas y tomar un curso en el Instituto Matías Romero relacionado con la política exterior de México. Además, es obligación de todo miembro del servicio exterior actuar con apego a la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia. Hay un código que se debe cumplir de manera integral en comportamiento y expresión, en respeto al país que representa y al que lo recibe.
Jesusa nació en la ciudad de México en 1955, es activista, directora de teatro, actriz, profesora y funcionaria pública. Es miembro de Morena. Según lo expresado por ella misma, le gusta la marihuana y el mezcal, está a favor del aborto y está casada desde el 2007 con Liliana Felipe después de 28 años de convivencia.
La incursión de Jesusa en la política empezó en 1994 cuando participó en la convención nacional democrática convocada por el movimiento zapatista. Llegó al Senado como suplente de Olga Sánchez Cordero del 2018 al 2021. Su paso por el Congreso y en otros foros se traduce en polémicas presentaciones y declaraciones en defensa de la marihuana, los animales, el veganismo, el aborto y los indígenas.
Ahora ha sido propuesta como nueva candidata a embajadora de México en Panamá luego de que la canciller panameña Ericka Mouynes, expresara su rechazo ante el nombramiento de Pedro Salmerón, tras los diversos señalamientos de acoso sexual en su contra por estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo de México, entre otros escándalos.
AMLO hizo berrinche y comparó a la canciller con la Santa Inquisición, ante lo cual el presidente de Panamá Laurentino Cortizo exigió respeto por parte de Andrés Manuel a su país.
Cómo olvidar cuando Jesusa expresó que los españoles «nos trajeron una dieta violenta” al asegurar que el 13 de agosto de 1521 fue la fecha en que se comieron por primera vez tacos de carnitas porque los conquistadores traían unos cerdos «y los mexicanos pusimos las tortillas». «Recuerda que cada vez que comas tacos de carnitas estás festejando la caída de la gran Tenochtitlán», señaló.
La declaración más reciente es la comparación que hace de la marihuana con la mujer: “(Hasta) hace unos 20 años las mujeres sabemos cuál es la anatomía del clítoris…antes no sabíamos cómo usarlo, lo mismo pasa con la marihuana, hay una desinformación absolutamente programada de manera que la gente no sepa las maravillas que la planta puede tener para una sociedad cuando está bien regulada” explicó Jesusa.
Dicho todo lo anterior, ¿no le parece que Andrés Manuel no entiende la importancia de la figura del embajador en otros países? Nos queda muy clara su intención y placer de siempre al incomodar con sus declaraciones y decisiones polémicas, pero ¿estos son los personajes que quiere que lo representen a él y a los mexicanos que tanto dice querer?
Muy corta la visión de Andrés Manuel.
Así las cosas.