La noticia de un zorrito que fue vendido como perro a un ciudadano limeño dio la vuelta al mundo y causó gran cantidad de comentarios en la sociedad peruana, desde los más temerosos que veían en el zorro andino una amenaza, hasta aquellos que realizaron bromas y memes de la situación con el fin de siempre encontrarle algo divertido a las situaciones problemáticas que ocurren en el país.
Sin embargo, el tema ha traído a la esfera pública una terrible situación que aqueja a la sociedad y que al momento aún no es tomado como relevante por nuestras autoridades encargadas de las regulaciones necesarias para frenar el tráfico de flora y fauna silvestre de nuestro país. Ello resulta aún más grave tratándose de un país megadiverso con una biodiversidad grandísima, el cual cuenta con 2 mil especies de animales marinos, 4 mil de mariposas, 1816 de aves, 449 de anfibios, entre otros de una larga lista que privilegian el suelo peruano.
Sin embargo, según datos del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre, entre el 2000 y el 2018, en el Perú se han decomisado más de 80.000 animales silvestres vivos que se han traficado alrededor de todo el territorio e incluso con miras al tráfico externo. Esto resulta preocupante ya que se configura como un atentado directo en contra de la biodiversidad que habita en nuestro país, actividad que se desarrolla a plena luz del día en lugares céntricos conocidos de la capital peruana.
Con todo esto, es común recorrer el Cercado de Lima y ver cómo, a vista y paciencia de la Policía y agentes de la Municipalidad de Lima, se venden perros, gatos, peces y otros animales silvestres de manera ilegal, sin ninguna consecuencia. Esto se repite en todas las ciudades del país. Según la ONG Oceana, el tráfico ilegal de vida silvestre es una de las actividades ilícitas más lucrativas del mundo, luego del tráfico de drogas, el tráfico de armas y la trata de personas. Es bien sabido que el Perú es uno de los países con mayor diversidad en el mundo, pero, contrariamente, es de los que menos porcentaje de esta diversidad tiene protegida.
Frente a todo este polémico caso del zorro apodado Run Run, debido a su habilidad de escapar frente a aquellos que buscaron capturarlo, se ha deslizado una esperanza en medio de esta triste historia que culminó en la captura y encierro de esta especie de zorro andino, quien ya no puede volver a su hábitat natural debido a su poca vinculación con su medio, y quien tampoco puede ser criado en la ciudad por el exponencial peligro que supone tanto para los vecinos como para los otros animales domésticos que viven en el distrito de Comas.
Con el fin de evitar más casos con este, existe un proyecto de ley para investigar a este delito organizado que mueve millones de dólares anuales, pero el Parlamento aún no lo aprueba. El proyecto de ley 196/2021, presentado por el congresista Edward Málaga, propone incluir los delitos contra los recursos naturales, como el tráfico ilegal de animales silvestres, al delito de crimen organizado. Con esta modificación a la ley, aquellas personas que trafiquen animales ilegalmente podrán ser investigadas, juzgadas y sancionadas penalmente bajo la modalidad de crimen organizado. Además, este proyecto de ley es beneficioso para las autoridades, ya que les brinda “herramientas jurídicas a los operadores de justicia para una mayor eficacia en su investigación, juzgamiento y sanción penal, así como prevenir su comisión como medio protector de recursos naturales, en particular de la biodiversidad y su conservación”.
Como es sabido, el caso de Run Run no es un hecho aislado y debe posicionarse en la agenda política del país la protección de la biodiversidad que nos enorgullece y representa a nivel internacional. No podemos dejar a la deriva un asunto que se agrava día a día y que amenaza constantemente a especies desprotegidas y en camino próximo a la extinción. Esperemos que prontamente la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, presidida por la parlamentaria Gladys Echaíz, revise y apruebe la legislación necesaria para frenar este lamentable hecho que provocó que el zorrito Run Run nunca más pueda volver a casa.