En una reunión, alguien me preguntó: ¿será verdad, lo que se dice que, si un hombre es buen hijo, será buen esposo y buen padre?
En mi manera de ver esta situación, a través de muchos años de experiencia, te diré que la primera clave la tienes tú, si ves que efectivamente es, o fue un buen hijo (en caso de que ya no tenga padres), si respeta a sus padres con admiración, amor y obediencia, te darás cuenta que clase de hombre es.
Claro está, me estoy refiriendo cuando recién comienzas una relación, y quieres saber con qué clase de hombre te estás relacionando. Encontrar al hombre 100% perfecto, es difícil, pero tampoco imposible.
Para mi concepto, el buen compañero y esposo, es aquel que cumple con sus obligaciones, el que tiene la responsabilidad de su familia, es la autoridad y el poder; es el que provee para su casa y cuida que no les falte nada, da buen ejemplo, amor y respeto. Si, es verdad, se dice que si el sujeto es buen hijo, definitivamente será un buen esposo y padre.
Existen otras situaciones, que deberían de conocerse antes de un matrimonio, si es huérfano de padre, o hijo de madre soltera. No, necesariamente quiero decir, que sería un desastre como marido no, simplemente se debería averiguar quiénes fueron sus modelos o ejemplos en su infancia y juventud, (porque siempre los hay) y, que tipo de formación tiene, sus creencias, sus valores y sus convicciones.
El ajuste de los primeros días de convivir con el esposo, no es nada fácil. Hay ocasiones donde la pareja se enamora puramente en el sentido físico, quiero decir, que su atracción es física. Se conocen cuerpo a cuerpo nada más; y como quizás les gusta y se sienten cómodos así, no les importa conocerse o averiguar nada más allá, de su atracción física.
Se conocen poco o nada en el aspecto espiritual, de cultura o de educación. Quizás lleguen a casarse, pero, a las pocas semanas, o días descubren que se casaron con un desconocido que no tienen nada en común. Aquí, los ajustes son difíciles y en muchas ocasiones imposibles para los que no tienen paciencia y capacidad para solucionar la unión.
No hay una fórmula mágica, para ser un esposo maravilloso. Cada hombre, cada matrimonio es diferente. Son muchos los problemas comunes que enfrentan muchas parejas, pero no imposibles de solucionar.
Amigo, la honestidad en la relación, es la mejor política. Puede ser difícil, pero la verdad permitirá respirar la relación. Si algo no te conviene o no estás de acuerdo, procura que ella lo sepa, pero procura siempre que tu opinión suene como un cumplido de amor azucarado.
El amor del marido debe mostrarse con respeto y, sobre todo, con cortesía. Si ella tiene dudas de algo, o tiene algún problema, interésate más, en ayudarla a encontrar una solución, o la paz que está necesitando. Acuérdate que ahora son dos, y necesitan ayudarse mutuamente.
El amor de la pareja, debe demostrarse a través de la paciencia. Si tú insinúas tener sexo y ella esta agotada o enferma, ni siquiera se lo digas; ocúpate más por su bienestar. No te portes como un monstruo, que tienes que ser satisfecho. Ya será en otra ocasión.
Otra razón, para ser un buen esposo, no hables a sus espaldas, ella deberá conocer las razones de tus problemas o de tus alegrías. Recuerda, que son el uno para el otro, y no se debería esconder nada.
En una situación acalorada y con enojo, nunca tomes decisiones apresuradas, podrías arrepentirte de lo que has hecho o dicho. Se prudente. Todo tiene solución.
Y, para terminar, les diré a mis amigas: En un matrimonio, si hay maridos buenos, comprensivos, cariñosos, atentos y muy detallistas.