Ser médico en México equivale a una carrera de obstáculos. Increíble, con tanta necesidad de profesionales en esta área, no es fácil lograrlo. La carrera demanda sacrificios personales, gran disciplina, altos costos y mucho tiempo de estudio.
Según cifras de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en el ciclo escolar 2019-2020, egresaron de las instituciones de medicina del país casi 17 mil estudiantes del nivel licenciatura; pocos para atender la demanda de médicos en el país.
Según datos oficiales el sistema de salud mexicano necesita alrededor de 870 mil médicos y enfermeras para cumplir con los estándares que recomiendan los organismos internacionales. De estos, aproximadamente se requieren 300 mil especialistas.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 44 miembros del personal médico de salud por cada 10 mil habitantes, y en México tenemos 27.
En términos presupuestales, para 2021 se proyectó un incremento de 1.8 por ciento en el sector salud para dirigirse en su mayor parte a la creación de 18 mil 426 plazas laborales.
En suma, hay desfase entre egresados, demanda de especialistas y posibilidades de empleo. El sistema de salud no puede absorber de manera fluida a esta fuerza de trabajo. Y, además, pone trabas para crecer y mejorar en servicios médicos. Dice el refrán: “no hay más dificultad que la poca voluntad”.
Y para muestra, el caso del Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM).
En México al igual que en otros países, la carrera de médico cirujano es el escalón para la especialización, a la cual no todos acceden por cuestiones personales o de limitaciones del sistema, lo cual es lamentable. Hacer la especialidad es una prueba extrema y de sacrificio por la poca oferta de plazas, bajos salarios durante los estudios y renuncia a libertades personales.
AMLO señaló que en 2021 se ofrecerían 30 mil plazas a través del ENARM, para terminar con el déficit de especialistas en el país lo que marcaría un nuevo máximo histórico. Recordó que al inicio de su administración se ofrecieron nueve mil lugares, que en el 2020 se duplicó la cifra para llegar a 20 mil plazas y que en este 2021 se agregarían otras 10 mil.
Por medio de esta evaluación, realizada por el Comité de Posgrado y Educación Continua (CPEC) de la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (CIFRHS) se selecciona a los médicos generales mexicanos y extranjeros que aspiren a realizar una residencia médica de especialidad en los hospitales que están acreditados como escuelas médicas. Este examen nacional de residencia, el ENARM, es la única forma de ser médico especialista en México. Consta de casi seis mil reactivos.
En 2021, presentaron 70 mil aspirantes los cuales pagaron 3 mil pesos por el examen. Los que sean aceptados, deberán buscar el hospital que ofrezca el programa de estudios que solicitan y que los acepten lo cual requiere acreditar otros exámenes y entrevistas. Es un proceso de colocación largo y estresante aunado a un sistema que no es ágil en su funcionamiento y de transparencia es dudosa.
En principio, no hay las 30 mil plazas prometidas (qué raro en AMLO), son casi 17 mil según la página oficial. La primera pregunta, ¿por qué no 30 mil?, ¿qué pasa con las esperanzas de trabajo y desarrollo de los 53 mil que no fueron aceptados?, y ¿los 159 millones de pesos que pagaron para presentar sin considerar alguna cuota especial para extranjeros? Quienes no lo acreditan tienen la posibilidad de volverlo a presentar, pero deben esperar un año. Sin embargo, algunos hospitales preguntan en sus entrevistas de selección la cantidad de veces que lo han presentado lo cual representa un filtro de eliminación.
Los que ya fueron avisados que fueron aceptados, están viviendo un calvario, pues no han podido seleccionar su plaza por deficiencias en el sistema que considera un esquema de turnos, según puntuación, lo cual pone en riesgo la posibilidad de conseguir alguna. Es un juego de estrés y desánimo pues las plazas son pocas; como es de suponer, los aspirantes están molestos. Algunos mensajes en las redes sociales expresan: “Una plataforma barata para el examen más difícil de país”, “entiendo por qué algunos ven este proceso como la #estafaENRARM2021”.
La opción de realizar la especialización en el extranjero además de costosa implica acreditar los estudios nacionales en el país elegido lo cual demanda más tiempo y disciplina. No obstante, algunos estudiantes, pocos, consideran Estados Unidos, España y Alemania, principalmente, países que también requieren médicos y que ofrecen mejores condiciones de trabajo.
Mi mamá decía “es poco el amor y gastarlo en celos”.
La carrera de medicina no tiene alto rating y muchos caen en el intento. Con tan pocos incentivos académicos y de desarrollo merecen gran admiración los médicos mexicanos y ahora con la pandemia lo demostraron.
Son muchos obstáculos para lograr la especialidad en México.
Qué difícil es hacer las cosas en México y más con la 4T.