En 1810 se vio descubierta la conjuración de Querétaro y se inició el movimiento que culminaría en 1821. La lucha por la Independencia que inició Miguel Hidalgo significó una profunda revolución popular que reivindicaba a los indígenas y su lucha por la tierra que les fue arrebatada desde la invasión europea.
Hidalgo y Josefa Ortiz tomaron la iniciativa en la preparación de la conspiración. Se buscaba un levantamiento nacional para derrocar al gobierno virreynal al grito de “abajo el mal gobierno”, “abajo los gachupines”,en contra de la esclavitud, las alcabalas, los monopolios, en un principio -por táctica- no se mencionó al Rey y eso lo haría Morelos en el Congreso de Chilpancingo repudiando a la monarquía española y declarando la Independencia el 9 de noviembre de 1813.
La lucha la preparó Hidalgo durante décadas Miguel Hidalgo siempre se ligó a los indígenas, hablaba náhuatl, purépecha y hñahñu u otomí, durante décadas desarrolló proyectos productivos, buscaba la soberanía económica y la sustentabilidad. En las comunidades desarrolló ramos agrícolas e industriales talleres textiles, alfarería, curtiduría de pieles, criaderos de abejas, ladrilleras, fábricas de loza cultivó viñas, moras y lino.
Ya en el movimiento insurgente les devolvía a los pueblos indígenas la tierra que les habían arrebatado los españoles. Fomentó arte, cultura y en sus tertulias la idea de la independencia, trabajó décadas para tal propósito y cuando se lanzó a la lucha lo siguieron pueblos enteros. Su acción fue largamente preparada.
A Hidalgo se le ha calumniado. ¿Por qué no tomó la capital? Veamos. Tras la victoria en el Monte de las Cruces no tomó la ciudad de México porque aún no daba a conocer su programa de lucha, por la Independencia y contra los monopolios, hasta ese momento se les pintaba a los insurgentes como una turba de malvivientes saqueadores y no se conocían sus ideales. No había abolido la esclavitud, ni derogado de los tributos y las alcabalas lo que hizo después en Guadalajara el 6 de diciembre de 1810, sitio donde contó con una imprenta para dar a conocer el ideario de la rebelión y el 20 de diciembre comenzó a publicar El despertador Americano. El fue el primero en América continental en abolir la esclavitud, 55 años antes que en Estados Unidos que se había independizado en 1776. Además en la cruenta batalla del Monte de las Cruces se disgregó la mitad de su ejército, se quedó sin municiones y en la capital el virrey estaba preparado para resistir, mientras que Calleja ya había salido de San Luis Potosí para combatirlo por la espalda. El ejército insurgente hubiese quedado entre dos fuegos, además en la capital no hubo rebelión popular como en el Bajío e Hidalgo lo que promovía era un levantamiento nacional y había enviados suyos en todo el territorio para organizar una rebelión general. Es falso el cuento de que Hidalgo y los insurgentes tenían la capital en sus manos y se retiraron sin motivo alguno. Cuando fue hecho prisionero nunca se arrepintió, 3 meses le insistieron que se retractaba. Al no lograrlo en octubre de 1812 un año después de su muerte, presentaron una carta supuestamente firmada el 18 de mayo de 1811 -cuando por cierto su proceso estaba cerrado- muy ajena a él en forma y fondo. Nunca se enseñó el original ni copia certificada del documento. Era falso y no olvidemos que en julio Hidalgo antes de morir ratificó su justificación para rebelarse. Años después calumniaron a Morelos igual con un supuesto arrepentimiento.
Hidalgo buscaba establecer un nuevo régimen, elegir un Congreso compuesto por representantes de todas las ciudades, villas y lugares del país para establecer un gobierno representativo al frente de la nueva Nación, y la independencia económica fomentando la producción y desarrollo industrial. Tras el fusilamiento de Hidalgo, Allende, Aldama, Mariano Jiménez, Ignacio López Rayón ―quien había logrado escapar a esa fatalidad― convocó a los insurgentes a reunirse en Zitácuaro para formar la primera Suprema Junta Nacional Americana.
Tenía un espíritu conciliador y buscó negociar con Calleja para establecer un Congreso que detentara el poder a nombre de Fernando VII. Pero fue José María Morelos quien buscando una transformación profunda, comenzó a encabezar la lucha práctica y teórica organizando el Congreso del Anahuac en el que declararon la Independencia, establecieron que la soberanía dimana del pueblo y este la deposita en el Supremo Congreso y rompieron abiertamente con la monarquía española y las viejas instituciones, abolieron la esclavitud y las alcabalas rompió, siguió la línea de devolver la tierra a los indígenas y propuso las nuevas instituciones inaugurando el espíritu republicano, enfrentando gran oposición aún dentro de las mismas filas de los insurgentes, López Rayón había seguido defendiendo la permanencia del Rey Fernando VII y posteriormente no firmó la Constitución de Apatzingan en octubre de 1814.
La Constitución de Apatzingán es la primera del México independiente, erigiendo al país en una República. Morelos lo sacrificó todo en defensa del Congreso al que defendió hasta el último instante de su vida. De hecho lo hicieron prisionero para cubrir la huida de los diputados. Una vez prisionero el 5 de noviembre de 1815. Fue sometido a cárcel, juicio y tortura pero no se quebró. Lo juzgaron “las jurisdicciones unidas” el 22 y 23 de noviembre, pero al no lograr nada, lo someten a otro juicio más ahora con la Inquisición, querían que se “arrepintiera”, a toda costa, no lo lograron nunca. Todavía insisten y realizan el interrogatorio de la “Capitanía General” el 30 de noviembre y 1º de diciembre. Desesperados le exigen que para ser confesado antes de morir, le escribiera una carta al Virrey. Lo hace burlándose del 12 de diciembre (día de la guadalupana, símbolo de la independencia) y no le da más que información banal , una docena de datos intrascendentes y probablemente falsos en forma de burla. Cómo que “por Acapulco guardó en un charco cobre en barra”, que enterró acero y estaño y plata del lado derecho del Río Grande, o que conseguía plomo cerca de Mezcala. Todo era impreciso y además no comprometía a nadie. Lo fusilaron el 22 de diciembre. Cómo no se retractó, ya muerto, el 26 de diciembre, publicaron una supuesta carta de retractación, muy ajena a su estilo, ideas y expresiones. Y divulgaron que se había arrepentido. Todavía hay quien repite el invento de los españoles. Pero Morelos fue de una sola pieza.